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HISTÓRICO
En el centro aumentó el número de policías y también los hurtos
  • En el centro operan aproximadamanete 1.233 policías. El plan acuadrantes ha aumentado su número de uniformados en 407 por ciento. FOTO JAIME PÉREZ
    En el centro operan aproximadamanete 1.233 policías. El plan acuadrantes ha aumentado su número de uniformados en 407 por ciento. FOTO JAIME PÉREZ
Juan David Ortiz Franco | Publicado

Entre 2012 y el primer semestre de 2014 un aumento del 407 por ciento en el número de policías asignados al plan cuadrantes y del 74 por ciento en el total de uniformados del centro de Medellín coincidió con un incremento significativo en los hurtos y con una variación leve en delitos como el homicidio y la extorsión.

Pese a que los resultados del mes de septiembre mostraron una marcada reducción en hurtos a personas y homicidios en comparación con agosto (36 y 27 por ciento respectivamente), las estadísticas de los años anteriores muestran resultados diferentes.

Según cifras del Sistema Integral de Seguridad y Convivencia de Medellín (Sisc), entre enero y julio de 2012 se registraron 418 casos de hurtos a personas, es decir, los cometidos con modalidades como atracos, raponazos, fleteos, entre otras. En el mismo periodo de 2013 la cifra creció a 491 y en los primeros siete meses de 2014 se disparó a 1.059. Esos números representan un aumento del 153 por ciento en ese delito al analizar comparativamente los primeros siete meses de 2012 y 2014. Algo similar ocurrió con el hurto a viviendas y a establecimientos comerciales.
 
Frente a otros delitos como el homicidio y la extorsión, los datos del Sisc para los primeros siete meses de 2012, 2013 y 2014, muestran que el aumento en el pie de fuerza no ha significado una variación representativa. El número de homicidios pasó de 78 en 2012 a 90 en 2013, y entre enero y junio de 2014, se redujo a 74. Los datos de extorsión muestran un comportamiento similar. De 26 en 2012, aumentó a 41 en 2013 y se redujo a 21 en 2014. Para ambos delitos se percibe un alza en 2013 y luego una caída en 2014 que los deja casi en los niveles iniciales.
 
En la actualidad, la comuna 10 tiene 521 policías. De ellos, 396 están asignados a los 66 cuadrantes que se distribuye en las 570 manzanas de esa zona de la ciudad. Los restantes trabajan en actividades operativas y de vigilancia.
 
Cada cuadrante está conformado por seis uniformados, dos para cada turno de ocho horas. Eso significa que por cada turno son 132 los policías asignados al plan cuadrantes en el centro.

A esa cifra, dicen las autoridades, debe sumarse lo que denominan “capas”. Se trata de integrantes de otras fuerzas policiales como Sijín, Sipol y Gaula que, sumados a los 300 hombres de la Unipol que empezaron a llegar a la ciudad en septiembre, conforman una fuerza de apoyo de 1.233 uniformados para el pie de fuerza del centro.

Luis Fernando Suárez, vicealcalde de Gobernabilidad de Medellín, dice que una salida fácil para la administración sería explicar el avance de delitos como el hurto argumentando que se trata de un aumento en las denuncias y no en la ocurrencia de ese delito, sin embargo, reconoce que hay incrementos.
 
“¿Ha aumentado el hurto o lo que ha aumentado es la denuncia? Nosotros decimos que los mecanismos que hemos dispuesto sin duda han facilitado la denuncia, el incremento en las cifras en parte se podría explicar por disponer de esos mecanismos, pero nosotros sinceramente sí creemos que realmente hay un incremento en los hurtos, tenemos que ser autocríticos”.
 
El diagnóstico
El vicealcalde de Gobernabilidad de Medellín explica el incremento en las acciones delictivas que ha vivido el centro en los últimos meses a partir de un reacomodo interno entre las organizaciones armadas de la zona.
 
Desde su punto de vista, las pugnas entre bandas obedecen al ataque de las autoridades contra algunas de sus rentas, pero también a la magnitud del negocio de la ilegalidad que representa el centro, zona por donde transitan a diario cerca de un millón 300 mil personas y 90 mil tienen su residencia permanente. “Se cometen delitos donde hay recursos, la comuna 10 mueve muchos. Los ladrones roban donde hay plata, no donde no la hay”, dice Suárez.
 
Por su parte, Fenando Quijano, director de Corpades, sostiene que la cantidad de recursos que se mueve en la zona ha hecho que estructuras armadas de otras zonas de la ciudad enfoquen sus intereses en controlar el negocio de la ilegalidad en el centro. Por eso, según dice, ha sido un punto de confrontación pese a los acuerdos de no agresión que, a su juicio, han ayudado a reducir los índices de delitos como el homicidio en otras comunas de la ciudad. 
 
Luis Guillermo Pardo, director del C3, coincide con Suárez y Quijano al señalar las disputas internas de las “convivir”, pero agrega otro elemento. Desde su perspectiva, el caso de Barrio Triste, uno de los lugares de mayor confrontación de la comuna 10, ejemplifica que ese conflicto también puede estar mediado por intereses comerciales e inmobiliarios:  “Hay que buscar a las personas, empresarios y políticos, que están sacando partido de esa situación. Compran ahora, pero se trata de deprimir el valor comercial de la zona para generar desplazamientos que impliquen una venta muy barata de negocios y de edificaciones para después revaluar su inversión”.

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