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Cuando agonizaba el tiempo y Mineiro había sacado a Ronaldinho convencido de que el partido ya estaba definido, una genialidad de Sherman Cárdenas hizo “explotar” de júbilo el estadio Atanasio Girardot.
Corría el minuto 91 y todo pintaba que el portero Víctor sería la figura de la noche, porque había sacado de todo, pero faltaba la famosa jugada del minuto de Dios y ahí la suerte acompañó fue al jugador colombiano, que con un potente remate de media distancia hizo justicia en el escenario dándole el merecido triunfo 1-0 a Nacional.
Porque si hubo un equipo que buscó el partido, jugó buen fútbol, presionó siempre en predios contrarios, modificó el libreto sobre la marcha y generó las principales opciones ese fue el verde.
De cabeza, por el centro del área, de media distancia, dentro del área, en acciones colectivos y en la individual, así fue que el verde intimidó al actual monarca del torneo continental hasta que le quitó los tres puntos en el partido de ida de los octavos de final de la Copa.
Muchos de los 44.600 hinchas, entre ellos Brandon Álvarez, fueron a ver Ronaldinho, que a los 14 minutos “nos agradó con una joya que le hizo a Álex Mejía”, pero terminaron aplaudiendo a Sherman, quien admitió que “merecíamos la victoria, porque pusimos nivel y al ganarle al campeón Mineiro, Nacional ratifica que está para grandes cosas en la Copa”.