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La fiesta ha terminado. Quedan flotando ahora los ecos de lo que pasó, las lecturas que se hicieron, las canciones que sonaron, las palabras que se dijeron.
Lo más importante, la concurrencia. Total, la Fiesta se hace para que haya quien festeje. De esto depende que unos vendan, que otros fomenten lectura, que los demás jueguen y que también haya quien presente libros o hable de ellos.
Quedan sonando las palabras de un Luis Alberto Arango, el de la librería Palinuro, la mañana del jueves, cuatro días antes de terminar el certamen: en materia de visitantes, "es un verdadero tsunami". Había vendido tanto, que estaba resurtiendo por segunda o tercera vez su venta de libros leídos.
Juan Diego Mejía, director de la Fiesta, al destacar este aspecto, comenta que hasta la noche del sábado, habían asistido unas 299.000 personas.
Al hacer un resumen de la octava edición del certamen, Mejía destaca el crecimiento que ha tenido en los años. Reveló que el autor Juan José Millás, quien acudió a los últimos tres días de Fiesta, manifestó su grata sorpresa por la calidad del certamen y que Mempo Giardinelli le dijo que había venido en otras ocasiones y este era un certamen pequeño, en tanto que ahora se trata de uno muy organizado, de gran nivel y con abundante asistencia.
Según Mejía, fue un acierto haber escogido un tema para la Fiesta. El de las fronteras. Este posibilitó la reflexión, por parte de intelectuales y del público en general, sobre un concepto que posee acepciones físicas y otras mentales. Que aluden al conflicto armado en campos y ciudades, el cual imposibilita la movilidad tranquila de las personas, con las llamadas fronteras invisibles, como otras del ámbito mental, relacionadas con las limitaciones personales para la cristalización de sueños.
"El tema —explica—, también contribuye a la escogencia de la ciudad invitada. En este caso Tijuana, porque allá viven una experiencia única por tener un agitado límite con Estados Unidos".
Considera que la Fiesta integró los centros culturales de la zona: Universidad de Antioquia, Planetario, Jardín Botánico, Parque Explora, usando como eje a Carabobo. "La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín es, entre las ferias del libro, la cuarta de América Latina —sostiene—, detrás de las de Guadalajara, Buenos Aires y Bogotá. Y lo mejor —agrega—, siguiendo un camino propio, sin intentar parecerse a ninguna de ellas".